La ansiedad y el estrés en los maestros en tiempos de la cuarentena

Por Luis Cardona Herrera

 

En México el periodo de confinamiento por la pandemia de COVID 19 comenzó aproximadamente el 20 de marzo de este año, es decir que están por cumplirse 9 meses de una situación única en la historia de la humanidad. Dentro de todas las afectaciones de salud, laborales y económicas, existe también una afectación importantísima en el sistema educativo a nivel mundial, los estudiantes de todos los niveles académicos, desde jardín de niños hasta universitarios han abandonado sus aulas y están tomando clases a distancia, en el mejor de los casos vía internet y otros simplemente vía televisión.

Se ha escrito ya mucho sobre la afectación que esto trae sobre los niños, en esta ocasión quiero referirme al estrés y ansiedad que sufren los maestros.  El docente en la actualidad está trabajando en un sistema que le resulta totalmente limitante, no puede tener una interacción directa con sus alumnos, no puede manejar dinámicas grupales que les den un descanso a sus alumnos u opciones de movimiento. Los maestros están ahora frente a una pantalla tratando de impartir una clase (sobre todo los de educación básica) a niños que están sentados entre seis y ocho horas al día viendo una pantalla. Evidentemente cuando existe un contacto físico con los niños, el docente cuenta con un repertorio de actividades que puede usar para relajar a su grupo, trabajar las áreas físicas y motrices, procurar la interacción grupal, etc.

En este momento el docente es mas parecido a un boxeador que tiene una mano amarrada, su repertorio de actividades está tremendamente disminuido.

A lo anterior habría que agregar que en muchos casos el maestro ESTÁ DANDO CLASE NO SOLO A SUS ALUMNOS, TAMBIÉN LES ESTÁ DANDO CLASE A LOS PAPAS Y ABUELITOS DEL MENOR, muchas veces el maestro tiene la presión de saber que esta siendo escuchado y evaluado en cada clase por un grupo de padres de familia que está dispuesto a evidenciar cualquier falla o falta que perciban que el maestro ha cometido, en muchos sentidos los maestros están dando clase sabiendo que son supervisados todo el tiempo. Aunado a lo anterior los docentes están trabajando con una autoridad muy disminuida, en el salón de clases el maestro es la máxima ley en el salón, ahora por el tema de estar dando clases de manera virtual, esa autoridad se ve socavada por la autoridad de los familiares del niño.

Escucho muchas veces la queja de los padres de familia sobre el que hacer de los maestros, ahora, creo que más de uno valora el trabajo de los docentes. No es nada fácil tener que tratar de controlar a un grupo de niños en la escuela, en forma virtual es casi imposible. El maestro está trabajando con la sobrevigilancia de las escuelas en las que colabora, con las limitaciones que la tecnología le impone (caídas de la red, fallas de plataformas, etc.), niños aburridos y cansados a los cuales es muy difícil de motivar, padres interrumpiendo u opinando sobre las clases y tareas, etc. El maestro está trabajando mas tiempo de lo que hacía antes y han empezado hace tiempo a manifestar el síndrome del burnout, es decir, sentirse quemados o extremadamente sobre exigidos y cansados.

Todo parece indicar que este ciclo escolar que termina en junio del 2021 será totalmente virtual… valdría la pena considerar la salud de los docentes ante esta problemática.